domingo, 6 de septiembre de 2009

“N. N.” ... mi nuevo problema

¿Será que hay algo más frustrante que una terrible curiosidad no saciada?

Pues, yo lo sentí... no es algo lindo, es insoportable.

Volví dos días después a ese polémico lugar, donde viví esa tortura.

Fueron los dos días más distraídos de todo el mes; me decían que estaba fatiguilla, molestosa... pudo haber sido por otros asuntos que tenía sin resolver u otras cosas; pero no lo creo así, pues en mi cabeza paseaba el nombre de Juan Bustillos que, después de todo, como una inyección ultravenosa, rápidamente me “drogó” con imaginación y creatividad.

Me tomé una noche para ver las creaciones de tan destacado y popular artista, donde me encontré con ¡unos trabajos!, que aparte que estaban hechos a mano, estaban dentro de la realidad. Me sorprendió que algo tan sencillo, él de una manera loca lo convertía en algo extraordinario de 600 $us. O más.

En ese momento deseaba ser poderosa, quería ser Dios, para lograr detener el tiempo, y aunque era imposible hacerlo, me detuve en una escultura... que no tenía nombre, o al menos eso parecía. Pero esta creación sin identidad me hipnotizó, me espantó, me sacó una sonrisa, definitivamente me había dominado.

Era la de una mujer (o niña), que se ofrecía a ser vista un poco más arriba del ombligo, hasta debajo de la cola; vestía nada más que un short jeans, cortado a lo casero “todo chueco”, ya que se le veían las hilachas de esa prenda; con bolsillos en cada nalga, y un aro en el ombligo. No basta agregar que tenía unos cuantos kilos de más.

Observé que ella sumía la barriga, quizá para no dejar huella de las “cenitas demás”. Tal vez se sentía avergonzada, o poco bonita en el momento que las manos del escultor moldeaban su figura... quizá por eso es que la dejó “NN”... o son solo mis creencias, y justo en ese momento se le desprendió la identificación.

Pero, bueno, a fin de cuenta las horas se consumían, como el cigarrillo de mi pareja, mi acompañante de esa noche. Y no podía hacer nada... más que seguir la vida, mi vida.

Sin embargo para variar, esa noche me sentí “polla”, ya que como el alcohol, con muchas obras... me emborraché con la primera; y hasta la última escultura me perdí... quedé “ida” de ARTE, CREATIVIDAD y ORIGINALIDAD.
Pero ¿cómo es la vida?, acababa de perder un problema, y me llega el vicio: “el alcohol”, a ese trago de marca, que en su etiqueta dice: Juan Bustillos.


Por: Sara Rodriguez

1 comentario:

  1. ¡¡Muy bien Sara!! te felicito, sigue así y te aseguro que llegarás lejos. =)

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